A vampire life

De pronto lo noté, me encontraba en la misma habitación en la que hacía ya un tiempo yo viví, me voltee y me vi en el espejo para ese momento no me había dado cuenta de cómo era mi aspecto debía medir 1.82 me acerque al espejo y observe mi pálido rostro, tenía unas muy grandes ojeras, al momento me di cuenta de que mis ojos eran de un color azul cerúleo, entonces, me cayó en cuenta el porqué mi único y gran amor me decía que se había enamorado de mis ojos que al parecer para ella eran tan profundos. Al momento en que sentí que algo escurría de mi boca alce mi mano para quitarme el líquido de color rojo, el cual tenía un sabor metálico y quemaba mi garganta, este liquido salía de mis dientes, al momento de rozar mis dedos sobre mis labios noté lo suaves que estos eran, tenía una nariz fina, pero lo que más me sorprendió fue que al momento de abrir mi boca observe algo en el espejo, algo que no era normal, acerque mi rostro al espejo y me di cuenta que tenía unos colmillos afilados, en ese momento me asuste y di un paso para atrás, coloque mis manos sobre mi cabeza donde sentí lo suave y liso de mi cabello lo tenía algo largo y lacio, el color de mi pelo era un color café oscuro lo cual hacia resaltar el color de mis ojos pero al igual hacia verme mas pálido de lo que era, en ese momento recordé como desde chiquito era pálido pero nada se comparaba a la palidez actual, de pronto regrese en sí y comprendí que mi aspecto no era normal para un hombre de 150 años ya que aparentaba el mismo rostro y cuerpo que cuando tenía 18 años, mi cuerpo no por presumir estaba bien moldeado se notaba que llevaba ya tiempo realizando algo de ejercicio. Cuando volví a mirar al espejo note que estaba cubierto de sangre y lo peor es que no era mía, de pronto lo recordé, recordé todo lo que había pasado en mi vida como fue que perdí a la mujer que amaba, como se sentía la traición de alguien muy cercano, recordé que me llamaba Leonard Ruberforth, que llevaba ya 150 años recorriendo este mundo con una máscara si así le podemos llamar a mi aspecto de 18 años, recordé el cómo y porque había perdido todos mis recuerdos, al igual recordé que faltaba algo importante que hacer con mi vida, pero lo más importante es que recordé todas las respuestas que unos momentos antes pasaban mi mente ¿Por qué tenía sangre sobre mi? ¿Por qué tenía ese aspecto de tristeza en mis ojos? ¿Por qué sentía un dolor de sufrimiento hacia la vida? Todo eso se resolvía con la gran verdad que acababa de descubrir, esa verdad era, es y será el que yo era un Vampiro.